Cierre Definitivo del Botadero Municipal de Mariscal Nieto
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A tan solo una semana de que un devastador incendio arrasara el botadero municipal, diversas instituciones de Moquegua se unieron en una destacada muestra de colaboración para hacer frente a esta emergencia. El arquitecto Herbert Galván, Gerente de Infraestructura de la Municipalidad Provincial Mariscal Nieto, encargado de coordinar todas las operaciones, compartió con Radio Sol los detalles sobre las acciones emprendidas para abordar la crisis en el botadero.
Las labores se extendieron durante una semana, divididas en varias fases cruciales. Inicialmente, se enfocaron en controlar el voraz incendio, seguido por la remoción de montañas de basura con el objetivo de prevenir futuros incendios. Por último, se procedió a sellar el sitio con maquinaria y tierra para evitar nuevas emergencias.
Según lo informado por el arquitecto Galván, el botadero municipal ya había estado cerrado algunas semanas antes del desafortunado siniestro. Además, destacó que se han implementado accesos temporales para contrarrestar la emergencia, y se están realizando esfuerzos para cerrarlos de manera permanente, ya que personas sin escrúpulos ingresaban de manera informal para desechar basura, generando una afectación a la población.
Asimismo, Galván hizo hincapié en que el relleno sanitario ubicado en el camino a la carretera de Toquepala ya está en pleno funcionamiento, y es allí donde se debe dirigir todo el acopio de basura de la ciudad.
Durante la Emergencia
La cooperación inicial de los bomberos y los operadores de maquinaria desempeñó un papel esencial en el manejo de esta emergencia. A medida que pasaron los días, diversas instituciones de la región de Moquegua se sumaron a este esfuerzo, incluyendo al distrito de San Antonio, el Gobierno Regional, el Fondo de Desarrollo Moquegua, Southern, Quellaveco, el ejército, la Dirección de Agricultura, entre otras. Esta colaboración puso de manifiesto el poder de la unión en momentos difíciles.
Gases Tóxicos que Contaminaron los Cielos de Moquegua
La zona afectada por el incendio, bautizada como el «cráter de fuego» por la población, se convirtió en el epicentro de las operaciones. Se identificaron cinco sectores de trabajo, siendo el sector 5, situado en la parte más profunda, el más desafiante de extinguir. Cada sector tenía un jefe de grupo que lideraba a los operarios y brigadistas, como Franco Mella, un residente local que supervisaba y apagaba los pequeños focos de incendio mediante coordinaciones por equipos de radio.
Tensión en el Ambiente
En la entrada del botadero, donde se encontraban los letreros de señalización, se congregaron brigadas, operarios y bomberos. A pesar de la densa humareda y los gases tóxicos, continuaron trabajando en largas jornadas diarias. Los operarios desempeñaron un papel crucial al combatir el fuego en turnos de 8 a 10 horas diarias, a pesar del evidente estrés que se estaba generando en tratar de sofocar el fuego y prevenir nuevos incendios. A través de radio, se escuchaban discusiones y momentos de tensión, pero los jefes de brigada jugaron un papel importante al motivar al equipo y mantener la calma.
El Fin del Botadero Municipal
Después de más de 50 años de funcionamiento, la comuna provincial tomó la decisión definitiva de cerrar el botadero municipal de Mariscal Nieto debido a las frecuentes emergencias de los últimos años. Actualmente, se está evaluando un proyecto alternativo para la utilización de este espacio.